La fructosa es un azúcar (monosacárido) que se encuentra distribuido de forma natural en las frutas, miel y algunas verduras. Existen alteraciones que se pueden producir en el metabolismo de este monosacárido como la deficiencia de fructoquinasa (que no genera ningún síntoma clínico), la deficiencia de la aldolasa B (intolerancia hereditaria a la fructosa) o la deficiencia de fructosa 1-6-difosfatasa. Las manifestaciones que pueden aparecer en el posible cuadro clínico son dolor abdominal, diarrea, flatulencias, náuseas, vómitos, sudoración, hipoglucemia, temblor y/o palidez entre otras.
En el pasado, la aparición de los síntomas derivados de la malabsorción de la fructosa era muy infrecuente debido a que el azúcar que se ingería se hacía, en su mayoría, en forma de sacarosa, y la cantidad de “fructosa libre” ingerida era pequeña, (cantidad que era ingerida a través de los alimentos anteriormente mencionados: fruta, miel o verdura).
Debido a que la fructosa es el azúcar más dulce, que la transformación de glucosa a fructosa tiene un bajo coste y que tiene un alto poder como conservante, han provocado que la industria la utilice en gran cantidad de alimentos procesados, sobre todo, en forma de jarabe de maíz rico en fructosa, high fructose corn syrope (HFCS). Esto, unido a los cambios dietéticos producidos en la población que aumenta el consumo de refrescos, caramelos, bollería o alimentos precocinados, todos ellos ricos en “fructosa libre”, provoca que se produzca con mayor frecuencia la aparición de síntomas de intolerancia a la fructosa.
Para aquellas personas que son intolerantes a la fructosa, los alimentos que aparecen a continuación, son los que deben evitar, pero a pesar de ello, hay que matizar, que “la cantidad de los síntomas producidos por la intolerancia a la fructosa dependerá en gran medida de la cantidad ingerida”, ya que en ocasiones se toleran pequeñas cantidades de alimentos prohibidos.
DIETA SIN FRUCTOSA: ALIMENTOS PROHIBIDOS
- FRUTAS:
- Toda clase de frutas, en especial: peras, manzanas, uvas, higos y dátiles. En general, la cantidad de azúcares será menor cuánto más verde sea la fruta.
- Zumos de frutas, bebidas refrescantes de colas, batidos.
- Miel, almíbar, mermeladas, gelatinas para postres.
- Caramelo, chocolates, chicles, pastillas de goma.
- Edulcorantes y productos dietéticos o para diabéticos que contengan fructosa.
- VERDURAS:
- Remolacha, coles de Bruselas, cebolla, batata, zanahorias, maíz dulce, tomate, judías verdes.
- Verduras en latas con azúcar añadido, mayonesa o aderezos en ensaladas.
- Soja, guisantes.
- FRUTOS SECOS:
- Avellanas, cacahuetes, almendras, castañas.
- PAN Y CEREALES:
- Salvados, germen de trigo, harina de soja.
- Todos los panes, cereales y galletas azúcar, germen de trigo o salvados (por ejemplo, variedades integrales).
- Postres, bollerías, bizcochos.
- Pasta con salsa de tomate.
- LECHE Y DERIVADOS:
- Batidos de leche, leche condensada, yogures de frutas, vainilla y saborizados, helados, bebida de soja líquida, algunos quesos con ingredientes añadidos o quesos de untar.
- CARNES:
- Carnes procesadas con azúcar, fructosa o miel añadida, pasta de carne, embutidos crudos curados (morcillas, salami), foie-gras, jamón cocido, pasta de hígado.